Siempre me he sentido atraído hacia el mundo de los negocios y de la inversión, en concreto de las inversión en acciones. El primer libro que compré sobre el tema fue la versión traducida de The Warren Buffett Way, escrita por Robert G. Hagstrom, pero lo curioso es que hasta años más tarde no lo leí por completo. Me gustaba ojear especialmente las páginas finales viendo la cartera de acciones de Berkshire, aunque más tarde comprendí que eso solo era una parte del holding.
Echando la vista atrás
La primera acción que compré, sin ningún conocimiento, fue Repsol en el verano de 2012 tras la expropiación de YPF por parte del gobierno argentino. En ese momento mi único pensamiento era que existía demasiado pesimismo por este hecho y que tarde o temprano la acción subiría. Sin más. Y mi segunda acción fue Gamesa, por esas mismas fechas, cuando cotizaba a menos de 2€. No recuerdo ni los motivos de su compra, ni los motivos de su rápida venta.
La verdad es que esta primera incursión dentro de la inversión no dió para mucho. La lección más valiosa fue darme cuenta de que tenía que seguir formandome y aprender más. Una cosa tenía clara, aprovechar el empezar a invertir a una edad temprana es algo que puede marcar la diferencia.